domingo, 22 de agosto de 2010

NAOKO Y LA LUZ DE LA LUNA

Pensé en Naoko, en el cuerpo desnudo de Naoko con el pasador del pelo puesto. Imaginé la curva de su cintura y la sombra de su bello púbico. ¿Por qué se había desnudado delante de mí?¿Estaba sonámbula?¿O no había sido mas que una fantasía? Con el paso del tiempo, conforme iba alejándome de aquel pequeño mundo, dudaba sobre si los sucesos de aquella noche habían sido reales. Si pensaba que habían ocurrido de verdad, me parecía que habían ocurrido de verdad; pero si pensaba que eran una fantasía, entonces me parecía que habían sido una fantasía. Para ser una ilusión, los detalles eran demasiado precisos; para ser reales estos eran demasiado hermosos. El cuerpo de Naoko y la luz de la luna.
Haruki Murakami, Tokyo Blues pag. 250

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